Flavio Josefo
Flavio Josefo
Flavio Josefo (37 - 100 d.C.), un general judío y miembro de la aristocracia sacerdotal de los judíos, se puso de lado del imperio romano en la gran revuelta judía del 66 al 70 d.C. Josefo pasó el resto de su vida en Roma o sus alrededores como consejero e historiador de tres emperadores: Vespaciano, Tito y Domiciano. Por siglos, los trabajos de Josefo fueron más ampliamente leídos en Europa que cualquier otro libro, exceptuando la Biblia. Son fuentes invaluables de testimonios de testigos oculares del desarrollo de la civilización occidental, incluyendo la fundación y el crecimiento del cristianismo en el primer siglo.
Extraordinariamente, Flavio Josefo menciona eventos y gente del Nuevo Testamento en algunos de sus trabajos. Para mí, esto constituía una de las más significativas evidencias contra las teorías de leyendas que plagaron mi visión del cristianismo primitivo. He aquí unos extractos que encontré fascinantes:
En este tiempo había un hombre sabio llamado Jesús. Y su conducta era buena, y era tenido como virtuoso. Y mucha gente entre los judíos y otras naciones se hicieron sus discípulos. Pilatos lo condenó a ser crucificado y a morir. Y aquellos que habían sido sus discípulos no abandonaron su discipulado. Informaron que se les había aparecido tres días después de su crucifixión y de que estaba vivo; consecuentemente, él fue, tal vez, el Mesías de quien los profetas habían relatado maravillas. 1
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Después de la muerte del procurador Festo, cuando Albino iba a sucederle, el sumo sacerdote Ananías consideró ésta una oportunidad favorable para convocar el Sanedrín. Por lo tanto, hizo que Santiago, hermano de Jesús, quien era llamado Cristo, y algunos otros, comparecieran ante ese concilio convocado apresuradamente, y pronunció sobre ellos la sentencia de ser apedreados hasta morir. Todos los hombre sabios y estrictos observadores de la ley que estaban en Jerusalén expresaron su desaprobación por este acto...Algunos hasta acudieron al mismo Albino, quien había partido a Alejandría, para hacerle notar esta violación de la ley, y para informarle que Ananías había actuado ilegalmente al convocar al Sanedrín sin la autorización de Roma. 2
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Ahora algunos judíos pensaban que la destrucción del ejército de Herodes vino de Dios, y muy justamente, como castigo por lo que le hizo a Juan, quien era llamado el Bautista: Ya que Herodes le mató, siendo un hombre bueno, que ordenaba a los judíos a ser virtuosos, tanto en rectitud los unos con los otros, y piedad hacia Dios, y también a bautizarse; porque el lavado (con alguna) sería aceptable para él, si hacían uso de el, no para deshacerse [o la remisión] de algunos pecados [solamente], sino para la purificación del cuerpo, suponiendo que el alma ya estaba purificada completamente con anterioridad por la rectitud. 3
Estos tres extractos de "
Josefo" ¡verdaderamente hablan por sí mismos! El profesor Shlomo Pines, un conocido erudito israelita, discute el hecho de la historicidad de Jesús y las referencias a Jesús por Flavio Josefo:
De hecho, en lo que a probabilidades se refiere, ningún creyente cristiano podría haber producido un texto tan neutro: Para él el único punto significativo de éste pudo haber sido su corroboración de la evidencia histórica de Jesús. Pero el hecho es, que hasta los tiempos modernos este interés particular (ej: afirmar que Jesús es un engaño) nunca había ocurrido. Hasta los más acérrimos adversarios del cristianismo jamás expresaron alguna duda de que Jesús haya vivido realmente. 4
¡Lea más ahora! 1 Antiquities Libro 18, capítulo 3, párrafo 3 (traducido del manuscrito árabe del siglo IV). Existe una aún más extraordinaria versión griega de este texto, la cual muchos expertos afirman que fue "alterada" un poquito en algunos lugares. Sin embargo, esta versión fue citada ya desde el 325 d.C.:Ahora, fue alrededor de este tiempo que Jesús, un hombre sabio, si es correcto llamarle hombre, ya que fue el ejecutor de maravillosas obras, un maestro de aquellos hombres que reciben la verdad con placer. El atrajo tanto a muchos de los judíos como a muchos de los gentiles. Él era [el] Cristo. Y cuando Pilatos, a sugerencia de los principales hombres entre nosotros, lo condenó a la cruz, aquellos que le amaron desde el principio no lo abandonaron; porque él se les apareció vivo de nuevo al tercer día; como los divinos profetas habían predicho estas y diez mil otras cosas maravillosas concernientes a él. Y la tribu de los cristianos, así llamadas debido a él, no se han extinguido hasta hoy.
2 Antiquities, Libro 20, capítulo 9, párrafo 1.
3 Antiquities, Libro 18, capítulo 5, párrafo 2.
4 Shlomo Pines, An Arabic Version of the Testamonium Flavianum and its Implications, Jerusalem Academic Press, 1971, 69.
Ver también: http://www.blueletterbible.org/Comm/ mark_eastman/messiah/sfm_ap2.html#note6b.